Según Gartner, para el año 2022, o sea, a la vuelta de la esquina, el 30% del contenido de marcas se creará mediante técnicas de inteligencia artificial. Se habla mucho de la capacidad de la tecnología de transformar los negocios, de la capacidad de las personas de transformar los negocios y muy poco de que la verdadera transformación se produce gracias a la Comunicación. La tecnología mejora la comunicación entre personas, pero el verdadero elemento disruptivo es el proceso comunicativo.
Vender y vender más
Las empresas necesitan vender más. Pero para que eso ocurra es necesario construir relaciones duraderas con sus públicos. Relaciones basadas en contenidos relevantes, personalizados y que aporten valor a sus vidas. Y todo ello tiene como elemento de unión la comunicación.
Sin embargo, vivimos en un mundo en el que hay una sobresaturación de contenidos, de relaciones, de comunicación irrelevante. Las personas son cada vez más impermeables a lo que dicen las empresas en las redes sociales, a la publicidad, a lo que cuentan en su día a día. Las empresas deben pensar en términos de experiencia y no en términos de rentabilidad. Porque el usuario solo tiene una vida y quiere disfrutarla… a veces consumiendo; en la mayoría de las ocasiones, sin consumir. El verdadero valor de la Comunicación de una empresa comienza cuando transciende el mero acto de consumo y se enfoca a la vida de las personas.
Preocupados por el ROI, pero pasamos del ROI
En un mundo donde la única preocupación es el ROI, la comunicación pierde sentido. Por eso es necesario elevar la solución al plano estratégico. El ROI es tan importante que no puede ser el elemento fundamental que guíe la estrategia de crecimiento del negocio. La Comunicación estratégica debe pensar en construir una relación y hacer mejor la vida de las personas, dejando de lado el ROI para obtener la verdadera rentabilidad de nuestra inversión: una vinculación emocional con nuestros clientes.
Y esto es especialmente importante en el caso de las pequeñas y medianas empresas. Las grandes ya lo han asumido en la mayoría de las ocasiones y saben que la Comunicación debe enfocarse al Marketing, pero sin perder su sentido estratégico. Como reza la estrategia glocal piensa en global y actúa en local. Es importante medir el retorno de nuestras acciones, pero sin perder de vista que, a veces es necesario invertir a largo plazo en construir lazos de unión duraderos.
Después de tres décadas viendo cómo evoluciona la Comunicación, en Alana sabemos que aquellas empresas que trabajan de forma estratégica, transforman sus negocios y mejoran su posición en el mercado. Y esto, que en las grandes empresas funciona, también debe funcionar en las pequeñas.
Sin embargo, el mercado les exige procesos y metodologías de trabajo para optimizar sus recursos y sus esfuerzos si quieren sobrevivir. En respuesta a esta situación, las marcas medianas tienen que trabajar acciones muy medidas y muy efectivas. El Marketing se convierte en un tema táctico y al alcance de hiperespecialistas que compiten ferozmente por unos recursos escasos (cada día es más difícil obtener margen en la venta y los excedentes para Marketing se reducen). La Comunicación pierde sentido cuando la única preocupación es el ROI.
Y ese es un error imperdonable.
Comunicación para transformar negocios
En Alana somos consultores de Comunicación estratégica enfocada al Marketing (o sin perder el foco del negocio). Queremos ayudar a nuestros clientes a desarrollar sus negocios a través de estrategias que analicen el valor diferencial de su “core business” para construir relaciones de confianza con sus públicos.
Definimos metodologías y procesos de Comunicación y Marketing para transformar las empresas y situarlas en la senda de su futuro.
Trabajamos para aportar valor a las relaciones entre los negocios y sus clientes. A partir de la construcción de un storytelling para la marca, desarrollamos contenidos relevantes que permitan establecer conversaciones y relaciones con sus públicos, que aporten valor en sus vidas, transformando organizaciones irrelevantes en elementos de transformación y de mejora de las personas y de la sociedad.
Primero conseguimos Visibilidad, a través de una Imagen y un discurso coherente; luego Notoriedad, adaptando la oferta a cada individuo y a cada situación; y posteriormente Reputación, mediante relaciones estables y sinceras, para generar Confianza, la base esencial de los negocios.
Construimos un camino sólido, con una metodología líquida. En Alana hemos desarrollado una metodología basada en la Mayéutica. Ayudamos a nuestros clientes a descubrir la verdadera esencia de su negocio, a descubrir la forma de establecer relaciones relevantes con sus clientes, a mejorar cada día a través de un elemento que está al alcance de todos: la capacidad de comunicar, de relacionarse y de conversar.
El resultado es un negocio que crece.
En Alana construimos ese camino sólido todos los días gracias a nuestr@s «super fantástic@s», grandes profesionales en talla física (con y sin tacones :-)) y, sobre todo, humana. Sin ellos, nada de todo esto sería posible.
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