Como explicamos en un post anterior cuando aclaramos el concepto de omnicanalidad, la comunicación contemporánea debe hacer uso de los canales disponibles para su audiencia objetivo y debe basarse en una estrategia definida, con un mensaje coherente, para crear una experiencia integrada que atraiga al potencial cliente.
También comentamos que esta experiencia integrada solo es posible alineando la estructura interna de la empresa para que departamentos como comunicación, marketing, ventas y servicio al cliente trabajen juntos en pro de un objetivo común. Pero, como muchas cosas en la vida, a veces es más fácil decirlo que implementarlo.
Durante años, las empresas aplicaron un esquema descentralizado en el que marketing, comunicación-PR y ventas actuaban de forma separada y con objetivos distintos, pero este modelo demostró ser ineficiente o al menos poco funcional con la llegada de las nuevas tecnologías y las redes sociales.
Tomemos como ejemplo una página web de una empresa. Este sitio web comunica una serie de valores sobre la marca. Al mismo tiempo, tiene contenido noticioso sobre la marca (PR), explica los productos o servicios que vende la empresa (marketing), puede ser él mismo un canal para adquirir estos productos o servicios si cuenta con una tienda online (ventas) y puede contar con un operador que responde vía chat las consultas del cliente (customer service).
El sitio web, el medio propio, se convierte así en un producto integrado con el cual interactúa directamente el potencial cliente y que le da una imagen global de cómo es la empresa. Esta impresión se ve ampliada con lo que la empresa comunica en sus otros canales: redes sociales, radio, televisión, prensa escrita, otros sitios web, publicidad exterior, entre otros, y el público ya se ha acostumbrado a ello.
El potencial cliente tiene acceso a más fuentes, puede contrastar los mensajes publicitarios, ver lo que hace la competencia y leer la opinión de otros usuarios en solo segundos. Se trata de un cliente crítico, ávido de obtener contenido relevante, noticioso, que lo impresione, antes de apostar por un determinado producto o servicio.
La estrategia de contenidos debe tener esto presente para atraer a estos nuevos compradores.
Content marketing- branded content- inbound marketing: ¿todo ha cambiado?
Todos hablan hoy en día del content marketing y de conceptos relacionados como branded content o inbound marketing para referirse precisamente al contenido relevante -y en muchos casos divertido e interactivo- que permite atraer la atención de posibles clientes y hacer que conviertan; es decir, que compren nuestro producto, que se suscriban a nuestras listas de correo, que firmen nuestra petición en línea en contra de la matanza de las ballenas o que participen en nuestra encuesta online e inviten a sus amigos a hacerlo también.
Lo que se busca es hablar directamente a ese cliente para que lo que le aportemos sea exactamente lo que está necesitando y “engancharlo” para que consuma el producto o servicio que ofrecemos, al tiempo que generamos una imagen positiva capaz de volverlo un fiel seguidor de la marca.
Pero, ¿cómo podemos llevar esto a la práctica? Durante años, esta ha sido la gran interrogante que han tratado de responder los departamentos de marketing de las empresas. Hacer que el producto o servicio que ofrecemos sea atractivo y destaque sobre el resto puede ser una tarea titánica, pero si se crea una estrategia de content marketing adecuada, con participación multisectorial, se encontrará la solución.
Para la creación de una estrategia de marketing de contenidos, es más que nunca necesario que el equipo que tiene la responsabilidad de producir el contenido se nutra de lo que pueden aportar los demás departamentos.
Supongamos que trabajas en una empresa que está por lanzar un nuevo producto y está destinando gran parte de su presupuesto a este lanzamiento. Te han encomendado la misión de preparar un contenido interactivo que se publicará en el blog de la empresa y que debe posicionarse adecuadamente en los buscadores, generar tráfico al sitio web principal y convertir.
Necesitarás tener un conocimiento de las características del producto para saber cuáles de estas explotarás en tu contenido, será imprescindible conocer el lenguaje y las palabras clave que se están usando para describir este producto y así posicionarlo correctamente en Google y, sobre todo, deberás conocer al cliente. ¿Qué busca? ¿Qué le llama la atención? ¿Cómo puedo ofrecerle contenido útil y relevante entre la multitud de posibilidades y estímulos que tiene a su alrededor?
Si crees que es una tarea ardua, estás en lo cierto. Pero también tenemos buenas noticias: la sinergia entre los distintos departamentos puede resolver estas cuestiones en tiempo récord.
¿Te preguntas cuáles son las características del producto? El equipo de marketing y producto probablemente te las explicará y te dará incluso fichas técnicas con todas sus especificaciones, mientras que el equipo de PR te ayudará a “digerir” esta información para presentarla en términos simples y definir cuáles son los puntos más importantes para generar impacto en los medios.
¿Quieres saber qué palabras clave usar para obtener un buen posicionamiento en buscadores? ¿Qué metadata incorporar? ¿Cuáles son los anchor texts más recomendables? ¿Cómo garantizar que Google Analytics pueda hacer el tracking del número de visitas? Los equipos de marketing, IT y SEO probablemente tendrán la respuesta.
Y lo más importante: el cliente. Si quieres conocer al usuario al cual te dirigirás, nadie lo sabe mejor que quienes integran el equipo de ventas, pues son los que interactúan a diario con él, conocen sus aspiraciones, expectativas y deseos.
De modo que la próxima vez que te propongas lanzar una estrategia de marketing de contenidos convoca a una reunión con los equipos de marketing, PR, ventas, SEO y plantéala como una lluvia de ideas de la cual saldrá un producto con el que cada departamento se beneficiará.
Será importante mantener la comunicación con todos y sobre todo escuchar, tomar nota de cada sugerencia y de las posibles alternativas de conversión. En resumen, hacerles sentir que cada uno es parte del producto y que su contribución es importante, porque en verdad lo es.
El trabajo en equipo dará sus frutos con la creación de un contenido ágil, atractivo, eficiente, útil, que cumple con su objetivo principal y que se ha creado en un margen de tiempo corto.
La motivación de los equipos involucrados será alta y además ellos mismos se podrán convertir en los principales promotores del contenido entre sus conocidos y a través de sus redes.
¿Aún más? llámanos y te contamos como implementamos este tipo de estrategias de comunicación omnicanal.